Este maduro tiene una novia tan joven que casi podría ser la hermana de su hijo. Una chava de 22 años que, aunque se llevan bien, empieza a generar ciertos conflictos. Siempre curiosa, no pierde oportunidad de meterse en todo lo que hace el joven incluso en los momentos más personales. No sabe medir los límites y le encanta arriesgarse, a veces más de lo que él quisiera. Incomodidad y atracción, se empieza a preguntar si esa relación tan diferente tiene futuro o si las cosas se le están saliendo de control.
Por favor, confirma que eres mayor de edad (18 años o la edad legal en tu jurisdicción) y que aceptas el uso de cookies en este sitio.