No hay sujetador que resista, esos melones despiertan la salchicha del entrenador que le dará hasta cansarse. El marido de Amber Alena es un completo idiota, le contrató un entrenador personal pues la atoziga con su cuerpo. Como es obediente se puso ropa deportiva, por así llamarle, calzas en cameltoe y un sujetador que no resisitirá. Ya en los saltos el perno de Xander responde como el de cualquier semental, pero con las tetazas en fuga lo puso loco. Será cuando ella vea asomando la dura cabeza que deciden llevar los ejercicios a otro nivel.