Esa hermosa rubia de falda ajustada está
ofuscada en su trabajo por suerte será consolada por la pene
comprensiva del novio. Le cuesta vender una casa así que llama a su pareja quien viene de inmediato, y claro que él sabe mejor que nadie lo que necesita. Descubrió sus pechos, sacó la verga y se la puso en la boca. Ella ahora se siente mejor, mas
confiada, se deja llevar y aunque no sea su hogar el sexo sigue. Solo le quedan los tacos altos, el resto desnudo, labios semigruesos emiten gemidos mientras le sacude con fuerza, tras la corrida en su boca ella ya dice sentirse mejor, en fin, lo único que necesitaba era una poronga.