Un mal día deja la madura tensa llamando al masajista que le acomoda verga por cada agujero hasta dejarla relajada. Lisa Ann es agobiada por el teléfono al tal punto de estar incordiosa necesitando unos masajes. En cuanto llega el muchacho sin pudores se recuesta desnuda. Sin embargo los masajes no la satisfacen y comienza a retarlo provocando que enojado le implante el dedo al culo, inesperadamente ella sonríe, deja de retarlo, es mas, sonríe. Sacó el pene enfurecido para que lo chupe, luego aterrizó en la concha hasta que le da la cogida por el culo que la deja como una seda.